Sean McVay nunca olvidará el domingo 10 de septiembre de 2017.
Minutos después de haber sido bañado con Gatorade en el campo por su primera victoria al frente de los Rams, el carismático líder de 31 años de edad recibió de manos del dueño de la franquicia, Stan Kroenke, el balón de juego como un reconocimiento a su arduo trabajo y su exitoso debut.
Recién había ocurrido un momento incomparable: el emotivo mensaje del entrenador en jefe más joven de la historia de la NFL para su victorioso equipo en la intimidad del vestidor.
"No tengo suficientes palabras para expresarles en lo que se está empezando a convertir este equipo", dijo McVay a todo su plantel. "Sólo asegurémonos de entender esto: es un juego nada más".
Fue sólo el primer juego, pero uno muy especial por tratarse del inicio de una nueva era de los Rams de Los Ángeles, y lo más importante: un juego que debe de tener efectos positivos por el resto de la campaña.
Conducidos por una feroz defensa que aportó dos touchdowns y un safety, los Rams por fin hicieron feliz al Coliseum con la paliza de 46-9 sobre unos indefensos Colts de Indianapolis.
Hace un año, los Rams no anotaron su primer touchdown de la temporada hasta su tercer partido. El domingo, les tomó menos de cuatro minutos para anotar uno, gracias al pase interceptado que Trumaine Johnson devolvió 39 yardas para poner el marcador 10-0 porque Greg Zuerlein recién había pateado un gol de campo de 50 yardas. Se trataba de empezar bien el juego y así fue.
"Solamente estaba tratando de marcar el tono", dijo Johnson, quien se anticipó en el pase sobre la banda izquierda lanzado por Scott Tolzien, el quarterback que inició por los Colts en lugar del lesionado Andrew Luck. "Queríamos anotar a la defensiva empezando, y eso hicimos. Estoy contento de haber hecho una jugada por el equipo".
Goff encuentra a sus armas
Todd Gurley anotó en una carrera de 5 yardas en la que su compañero Robert Woods le dio un empujón para ayudarle a cruzar la línea de gol y Jared Goff encontró al interesante receptor novato Cooper Kupp con un pase perfecto de 18 yardas en un segundo periodo en el que los Rams, tras corregir una serie de castigos de su línea ofensiva, terminaron yéndose al medio tiempo con ventaja de 27-3.
El joven quarterback carnero tuvo una sólida actuación (21 de 29 pases, 306 yardas) en la que no cometió entregas de balón para firmar su primer ganado como profesional tras la racha de siete descalabros de 2016.
Pero entre aquellos Rams y estos la diferencia de talento y de preparación salta a la vista.
"Empezar la temporada con un triunfo, sin importar que sea mi primera victoria o la primera de Sean (McVay) creo que es emocionante para todos", comentó Goff, a quien la gerencia ha rodeado de abundantes armas para poder distribuir el balón.
Kupp tuvo 4 recepciones para 76 yardas, Sammy Watkins, la estrella adquirida de Buffalo durante la pretemporada, estuvo muy activo en las primeras series y acabó con 5 atrapadas para 58 yardas y Gurley aportó 5 para 56, aunque sólo 40 en 19 acarreos.
Más puntos de la defensa
La paliza cobró forma en la segunda mitad cuando el profundo Lamarcus Joyner hizo una jugada idéntica a la de Johnson y devolvió otro pase interceptado a Tolzien (9 de 18 pases, 128 yardas), de 29 yardas, y más tarde el corredor suplente Malcolm Brown anotó desde la yarda 3 en una jugada de garra en la que no dejó de empujar un muro defensivo hasta conseguir lo seis puntos.
La cereza en el pastel de la defensa de los Rams, que produjo cuatro capturas de QB y que no admitió que el rival convirtiera una sola tercera oportunidad en 10 intentos, había llegado cuando el linebacker suplente Cory Littleton provocó un balón suelto que el quarterback suplente Jacoby Brissett recuperó en sus propias diagonales para un safety (dos puntos). Esa secuencia se originó en la cuarta patada de la tarde en la que Johnny Hekker dejó a Indianapolis dentro de su yarda 10. Por algo es el mejor de la NFL.
Los Rams, el equipo menos anotador en 2016, terminaron el domingo como el que más puntos tuvo en la jornada. Tras las derrotas de Seattle, Arizona y San Francisco, ellos incluso son los primeros líderes de su división.
"Sabemos que no fue un juego perfecto, pero los jugadores hicieron muchas cosas buenas y al final de lo que se trata es de ganar", dijo un McVay contento pero siempre con los pies en la tierra. "Es un paso en la dirección correcta".
Su era apenas ha dado inicio, y las primeras señales son alentadoras.