En el deporte como en la vida se suele aprender más de los tropiezos y las decepciones que de los momentos felices. Los Rams se metieron el domingo al ruidoso estadio de los Vikings de Minnesota para un choque de líderes divisionales y el resultado no les favoreció.
La defensa púrpura blanqueó a los Rams los últimos 55 minutos de tiempo efectivo luego de que Todd Gurley les había dado ventaja en la serie inicial del juego, y un crecido quarterback Case Keenum dio muy buen partido contra sus excompañeros, para llevar a Minnesota a una victoria de 24-7 que deja a Los Ángeles con récord de 7-3.
"La realidad es que necesitábamos esto. Necesitábamos algo de adversidad", comentó el tackle Andrew Whitworth, que un guerrero de mil batallas en la NFL y sabe de lo que habla.
El punto de Whitworth es valioso: los Rams llegaron al partido con una racha de cuatro juegos ganados, todos ellos muy cómodos. Eso puede convertirse en un peligro cuando se trata de equipos en general jóvenes como estos Rams, porque el grado de dificultad en el cierre de campaña será mucho mayor, y no se diga si el equipo llega a meterse a los playoffs.
La diferencia el domingo fue la falta de eficiencia del ataque carnero en la segunda mitad, lo cual fue culpa tanto de la muy buena defensa de los Vikings, que se alimentó del ruido ensordecedor de sus fans, como de un plan de juego por momentos ansioso y demasiado agresivo de los Rams, el cual se olvidó de involucrar a Gurley, quien acabó con apenas 15 acarreos para 37 yardas.
Al dejar de lado a su corredor estrella y forzar muchos pases largos, el ataque carnero se dificultó sostener las series al encarar de manera frecuente terceras oportunidades y largo.
De esto asumió la responsabilidad el entrenador Sean McVay, encargado directo de ordenar las jugadas ofensivas.
"No los puse en buenas situaciones hoy, pero cada derrota nos da una gran oportunidad de manejar la adversidad de la manera correcta", dijo McVay, que sufrió su primer descalabro en la NFL jugando fuera del Memorial Coliseum, pues había ganado cinco veces, incluyendo el juego en Londres que administrativamente tuvo a los Rams como equipo de casa.
Cuando una y otra vez el ataque falló en recorrer el campo, obligó a su defensa a permanecer demasiado tiempo en la cancha, hasta que se agotó, y eso fue aprovechado por Minnesota para anotar 17 puntos en el cuarto periodo; los 17 de diferencia en el marcador.
Los Vikingos (8-2) acabaron el juego con 37:22 minutos de posesión de balón, a cambio de sólo 22:38 de los Rams.
Costoso error
El juego estaba 7-7 al final del primer medio cuando ocurrió una de las jugadas clave. Jared Goff (23 pases completos de 37 lanzados, 225 yardas) condujo a los Rams a la "zona roja", donde completó un pase con Cooper Kupp dentro de la yarda 5 que al menos les iba a dejar en primera oportunidad y gol. Sin embargo, cuando el receptor novato intentó llegar al touchdown rodeado por tres defensores, el safety Anthony Harris le dio un manotazo al balón y provocó un fumble que él mismo recuperó en la yarda 1.
Ahí se les escaparon puntos a los Rams como agua que se escurre entre los dedos. Una batalla de poderosas defensas que los Rams pudieron tener a su favor en el marcador se mantuvo empatada al medio tiempo por las anotaciones de Gurley en carrera de 6 yardas en el amanecer del juego y la respuesta de Latavius Murray de 8 yardas al principio del segundo periodo.
Tras un tercer cuarto en blanco para ambos equipos –los Rams habían anotado 42 puntos sin uno solo recibido en el tercer cuarto de sus dos anteriores compromisos–, Murray le dio ventaja a Minnesota en la segunda jugada del cuarto periodo tras avanzar 2 yardas por el centro.
La jugada fue discutida porque de acuerdo con las repeticiones de TV, cuando el corredor vikingo cayó al terreno, el ovoide no parecía haber cruzado la línea de gol. Los oficiales de todas maneras concedieron la anotación.
Los Rams necesitaban responder de inmediato, pero tras cruzar medio campo en dos jugadas, Goff intentó un pase muy largo que casi fue interceptado y fue seguido por otros dos envíos incompletos, el segundo de ellos un buen pase de Goff que Kupp soltó, por lo que tuvieron que entregar el balón.
Johnny Hekker puso a los Vikings en su propia yarda 7 con un buen despeje, pero una rigorista falta personal señalada dos jugadas más tarde sobre el liniero defensivo Aaron Donald por un ligero contacto sobre Keenum le dio vida a la serie y el aguerrido quarterback que hace un año perdía su trabajo en Los Ángeles a favor de Goff, conectó un pase rápido a Adam Thielen, quien se quitó con facilidad la cobertura del esquinero suplente Dominique Hatfield (una lesión de Nickell Robey-Coleman había mermado al perímetro) para escaparse 65 yardas. Fue el touchdown que mató (21-7).
'Somos de verdad'
Los Rams no tuvieron excusas al final y entendieron la caída como una valiosa lección, sabiendo que vienen más juegos complicados contra lo mejor de la NFC.
"Con situaciones adversas como las que tuvimos hoy, como visitantes y en un lugar muy difícil contra una de las mejores defensas de la liga, y jugar la clase de partido que jugamos, creo que te dice que somos de verdad", agregó el tackle Whitworth. "Si quieres jugar partidos grandes a final de año, esta es la clase de atmósfera en la que necesitas aprender".
En cuanto a Keenum, tuvo buenos números en contra de su exquipo: 27 de 38 pases para 280 yardas, 1 TD, 0 interceptados. Pero el dato que el quarterback de los Vikings resaltó al hablar con los reporteros fue otro.
"¿Saben cuántos juegos van sin recibir una sola captura?", preguntó Keenum. "Sí, seis, es increíble.
"Hablé sobre Aaron Donald a principios de la semana. Creo que es uno de los mejores jugadores de la NFL; todos ellos son muy, muy buenos: Robert Quinn, Connor Barwin, Michael Brockers. He visto de cerca lo que le han hecho a otros quarterbacks, así que no haber sido capturado atrás hoy es sensacional", subrayó Keenum, que fue felicitado por todos sus compañeros y hasta por el dueño de los Vikings en el vestidor.
Es justo indicar que los Rams tuvieron buena penetración y lograron presionar a Keenum buena parte del juego, pero éste, como si se tratara de un resbaladizo salmón, continuamente se les escapó. El tackleo de Los Ángeles fue malo en Minneapolis.
En la semana 12 de la temporada, la semana de Thanksgiving Day, los Rams recibirán a los Saints de Nueva Orleáns, que tuvieron una reacción increíble el domingo contra Washington para terminar ganando 34-31 en tiempo extra y mejorar a récord de 8-2.
Check out in-game photos of the Rams' Week 11 matchup with the Minnesota Vikings.