Cuando los Rams emprendieron hace varias semanas una larga gira de partidos lejos de casa existía un reservado optimismo en que podían jugar bien y regresar a Los Ángeles todavía con un récord positivo de ganados y perdidos.
Resulta que ellos no sólo ganaron sus tres compromisos de la gira, sino que ofrecieron sus mejores actuaciones en lo que va de esta temporada y otras anteriores. El domingo fue en Nueva York, donde los Rams masacraron a los Giants 51-17 conducidos por cuatro pases de touchdown de Jared Goff.
El aplastante triunfo, combinado con la sorpresiva derrota de los Seahawks de Seattle contra Washington dejó a Los Ángeles (6-2) como líder en solitario de la División Oeste de la NFC con un juego de ventaja justo a la mitad de la temporada.
Contabilizando desde el inicio de la segunda mitad del juego en Jacksonville del 15 de octubre, los Rams han anotado 87 puntos y recibido sólo 20. No ha sido coincidencia que en ese lapso la escuadra del entrenador Sean McVay por fin pudo ser consistente de manera simultánea en las tres áreas del juego: ofensiva, defensiva y equipos especiales.
El domingo, por ejemplo, la ofensiva devoró 473 yardas totales bajo la lluvia de la Gran Manzana y no tuvo balones perdidos. La defensiva recuperó tres balones (dos fumbles y un pase interceptado). Y los equipos especiales aportaron tres goles de campo en igual número de intentos, además de bloquear una patada de despeje.
"Creo que son el coach McVay y su staff de entrenadores haciendo un gran trabajo al implementar altos estándares de calidad", comentó Goff a los reporteros cuando le preguntaron por qué tanto éxito de los Rams. "Es porque realmente estamos creyendo en lo que hacemos y confiando en el proceso".
Tercera y 33 para recordar
No obstante el pésimo año de los Giants principalmente a consecuencia de las lesiones que los han devastado, los Rams se presentaron en el estadio MetLife sin excesos de confianza.
Aaron Donald despojó del balón al quarterback Eli Manning al capturarlo atrás en la primera serie ofensiva del partido y Conor Barwin lo recuperó sobre la yarda 48 de los Rams. Cuatro jugadas más tarde, Goff encontró al ala cerrada Tyler Higbee con un pase de 8 yardas para el primer touchdown.
Los Giants respondieron con una serie de 14 jugadas en 7:39 minutos coronada por un pase de anotación de Manning a Tavarres King de 5 yardas para empatar los cartones. Un gol de campo de 27 yardas de Greg Zuerlein precedido por un pase de Goff al novato Gerald Everett bueno para 44 yardas le dio ventaja de 10-7 a Los Ángeles.
Era el segundo periodo y el juego estaba parejo. Pero entonces vino la secuencia que realmente le dio forma a la paliza.
Alec Ogletree, capitán defensivo de los Rams, le arrancó el ovoide al corredor Wayne Gallman y Donald se quedó con él sobre la yarda 50. Un par de castigos en contra del ataque de L.A. propiciaron una tercera oportunidad y 33 yardas por avanzar desde su yarda 48.
Pensando en recuperar terreno y tal vez acercarse a territorio de gol de campo, Goff lanzó un pase pantalla al receptor Robert Woods sobre la costura izquierda del campo de juego. Hubo dos buenas bloqueadas y el receptor encontró un carril por el centro, piso el acelerador y se llevó a todos por velocidad en una espectacular recepción de 52 yardas. Una acción que era para resignarse terminó poniendo el 17-7 en el marcador restando 9:39 minutos del primer medio. Los Giants nunca se levantaron de ese golpe relampagueante.
A continuación, la defensa de los Rams detuvo en tres jugadas a una ofensiva de Nueva York que sin Odell Beckham Jr. y Brandon Marshall luce desnutrida. Tras la patada de despeje, Pharoh Cooper devolvió 57 yardas y a pesar de una infracción que puso a L.A. en su yarda 39, Goff amplió la ventaja casi de inmediato al hacer un engaño de carrera para ganar tiempo, plantarse atrás y soltar todo el brazo para un bombazo a Sammy Watkins para anotación de 67 yardas. Fue el 24-7.
El concierto de Goff
"Hubo muchos grandes esfuerzos individuales, la línea ofensiva sigue protegiendo bien, muchas cosas estimulantes, pero hoy fue Jared (Goff) el que dirigió el show", dijo el entrenador McVay sobre su quarterback, quien tuvo el mejor día de su carrera desde el punto de vista estadístico con 311 yardas, sus cuatro pases de touchdown y ninguno interceptado. "Mostró un gran comando y gran aplomo en una atmósfera adversa contra un gran oponente".
Goff tuvo todo el tiempo para lanzar gracias a una línea ofensiva que se ve cada vez mejor y distribuyó el balón con ocho distintos receptores, incluyendo cinco que tuvieron arriba de 40 yardas: Woods 70, Watkins 67, Cooper Kupp 54, Todd Gurley 45 y Everett 44.
La no dependencia en determinado receptor es otra virtud de estos Rams que lideran la liga con 33 puntos anotados en promedio por partido.
"Creo que somos un equipo maduro", resumió el quarterback Goff sobre la nueva paliza y el innegable perfil de playoffs que presenta el equipo en el ombligo de la campaña. "Aunque somos un equipo joven tenemos algunos veteranos que nos lideran muy bien".
Tras el medio tiempo, los Rams siguieron avasallando a los Giants y sumando puntos. El corredor Gurley ingresó en la zona de anotación dos veces en el tercer periodo en acarreos de 1 y 4 yardas, y entre ellas hubo otro pase de TD a Woods. En total, desde el inicio del segundo periodo y hasta el final del tercero los Rams anotaron 41 puntos a cambio de tres recibidos.
Ilusión por volver al Coliseum
Ya cerca del final y con los suplentes de los Rams en el campo, Manning conectó con su ala cerrada Evan Engram en pase de 10 yardas para una anotación de honor. El quarterback dos veces MVP del Super Bowl se llevó el balón a casa porque en esa serie rebasó las 50,000 yardas en su distinguida carrera, algo que solamente otros seis mariscales de la historia consiguieron, entre ellos su hermano mayor Peyton, el líder con 71,940.
Pero la historia el domingo en Nueva Jersey y alrededor de toda la liga fue la nueva demostración de balance y poder de los Rams, que este domingo regresarán al Memorial Coliseum ante lo que se espera sea su mejor asistencia de aficionados en esta temporada dado su paso triunfal y arrollador. El rival serán los Texans de Houston, que en la semana 9 tropezaron en su propia casa ante Indianapolis 20-14 en su primer partido desde que perdieron por lesión al sensacional quarterback novato Deshaun Watson (rodilla).
Los Rams no han jugado en su estadio desde el 8 de octubre y la verdad no pueden esperar para estar de nuevo sobre esa cancha y tratar de lucirse.
"Queremos ganar uno para los aficionados en nuestra casa", aseveró Goff. "Creo que hay mucho entusiasmo por regresar casa, hemos estado afuera por tres semanas y queremos poner el lugar de cabeza y obtener la victoria".